Kaska pidió la anulación del partido (ganado por el Inter 3-0) y que se prohibiera al equipo milanés utilizar de nuevo esa camiseta. Tras este encuentro, un tal Baris Kaska, abogado turco, denunció ante la UEFA y la FIFA al Inter por «manifestar de forma explícita la superioridad racista de una religión» con esa camiseta. Según Kaska, «esta cruz me recordó a los días sangrientos del pasado», en referencia al atuendo que los caballeros templarios utilizaron durante las Cruzadas, en las que se enfrentaron al Imperio Turco.
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